Ubicada en la Costa Brava, Tossa de Mar ofrece un equilibrio perfecto entre naturaleza, historia y mar. Si buscas desconectar, este destino es ideal.
Sus playas de arena dorada y aguas cristalinas son uno de los principales atractivos. Además, muchos visitantes valoran su ambiente relajado y familiar.
Por ejemplo, la Playa Gran es muy popular. Se encuentra justo frente al casco antiguo. Desde ahí, es fácil explorar los principales puntos de interés.
A pesar de su tamaño, en Tossa de Mar hay una amplia variedad de alojamientos. Desde pequeños hostales hasta hoteles con spa, las opciones son diversas.
Uno de los elementos más valorados por los turistas es la posibilidad de acceder a todos los servicios sin necesidad de coche. Todo queda cerca.

Además, su patrimonio histórico sorprende. La muralla medieval de la Vila Vella ha sido conservada con esmero. Fue declarada monumento histórico artístico en 1931.
Dentro de sus murallas, se encuentran estrechas calles empedradas y casas de piedra. Pasear por allí es como viajar al pasado.
Por otro lado, no se puede ignorar su oferta gastronómica. A lo largo del paseo marítimo, se encuentran restaurantes que ofrecen cocina mediterránea de gran calidad.
En temporada alta, es recomendable hacer reservas con antelación. Las habitaciones suelen ser reservadas con semanas de antelación debido a la alta demanda.
Para quienes prefieren el contacto con la naturaleza, el Camí de Ronda es una excelente opción. Permite recorrer acantilados y calas escondidas con vistas espectaculares.
Además, esta ruta conecta Tossa de Mar con otros pueblos costeros, lo que enriquece aún más la experiencia del visitante.
El turismo activo también forma parte del atractivo local. Deportes como el paddle surf, el kayak o el snorkel se practican en sus aguas limpias.
Muchos visitantes eligen volver año tras año. Esto demuestra que la experiencia en Tossa de Mar deja huella.
Aunque la mayoría llega en verano, la primavera también resulta una época ideal. Hay menos gente, pero el clima sigue siendo muy agradable.
Por si fuera poco, la oferta cultural no decepciona. El Museo Municipal exhibe piezas de arte moderno y hallazgos arqueológicos de la zona.
Durante el año, se organizan fiestas tradicionales y eventos culturales. Así, el ambiente se llena de color y música.
Además, los niños disfrutan de actividades pensadas para ellos. Algunos hoteles en Tossa de Mar ofrecen animación infantil durante toda la temporada.
Se valora mucho la seguridad del destino. Familias con niños pequeños encuentran en sus playas un entorno tranquilo y bien vigilado.
Finalmente, los precios son razonables. Aunque es un destino turístico, es posible encontrar buenas ofertas si se reserva con tiempo.